Resumo

Introducción: El consumo de alcohol y bebidas energizantes, es considerado uno de los principales factores de riesgo para la salud de las personas. En el ámbito universitario, este consumo está relacionado con los contextos sociales (grupos de amigos), que es una práctica común en jóvenes durante y después los eventos a los que asisten. En el ámbito deportivo, este consumo puede influir de manera negativa afectando en el sistema nervoso, la reducción de los reflejos, la coordinación y la supresión de las capacidades físicas de la persona, lo que puede causar convulsiones, arritmias cardiacas y la muerte súbita en algunas ocasiones.
Objetivo: Caracterizar el consumo de Alcohol (A) y Bebidas Energizantes (BE) en estudiantes del programa de las Electivas de Actividad Física y Deporte (EAFD) ofrecidas por el Departamento de Formación de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá – Colombia. Métodos: Estudio cualitativo descriptivo de corte transversal realizado en 2016, con la aplicación de un cuestionario de auto administración con escala Likert. Para estructurar las preguntas del consumo diario de A y BE fue utilizado como referencia las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos para la población colombiana mayor de 2 años (2015). El cuestionario se aplicó en estudiantes pertenecientes del programa de las EAFD, en modalidades deportivas que incluyeron actividades de Resistencia Cardiovascular y Fuerza Muscular, con una muestra de N=2865, correspondiente a los estudiantes de todas las EAFD y un n=1769 de estudiantes encuestados, con un valor de p<0,01, el cual supera la validación de la muestra de los estudiantes. La muestra encuestada se encuentra distribuida en género femenino n=889 (50,3%) y masculino n=879 (49,7%), con edad promedio de 27±9 años.
Resultados: La muestra presenta una distribución homogénea por género. En general, en esta población evidencia que para el consumo de A, n=776 (43,9%) de los estudiantes afirman consumir entre 1 a 6 dosis diarias. Por género, se demuestra mayor consumo de A en el masculino frente al femenino con n=461 (52,4%) y n=315 (35,4%). Para el consumo de BE la muestra presenta un comportamiento menor frente al del consumo de A, n=517 (29,2%), de los estudiantes consumen diariamente entre 600ml a 1200 ml de energéticos. Igualmente, el consumo de BE es mayor en el género masculino que en el femenino, de n=342 (38,9%) y n=175 (19,7%). De la muestra, n=241 (27,4%) del género masculino y n=99 (11,1%) del femenino nunca consumen A y BE. Conclusión: De acuerdo con los resultados es posible afirmar que existe una prevalencia alta de consumo de A y BE en la muestra estudiada, que no hace parte de hábitos de vida saludable en una población universitaria que realiza actividad física regularmente. Existe una prevalencia mayor de consumo entre los hombres que en las mujeres, esta tendencia es similar a las encontradas en la literatura. Es importante realizar intervenciones que corrijan estas conductas pues se asocian a mayor riesgo de sufrir accidentes y desarrollar enfermedades cardiovasculares.

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