Resumo

La cultura manejada desde el sector público siempre ha sido una herramienta demagógica utilizada para el bene"cio de los gobiernos de turno. Aún así no se le ha destinado el tiempo, los recursos (humanos ni económicos) ni la minuciosa plani"cación estratégica que requiere un aspecto al mismo tiempo tan frágil y tan crucial, al momento de identi"car a una sociedad, país o región. Sobretodo en un mundo tan globalizado como el actual, es momento de que el sector público se dé verdadera cuenta del poder que encierra utilizar esta herramienta para fortalecer la identidad social y crear capital social. Este trabajo intenta echar luz sobre la radical importancia que tiene pensar y plani"car la oferta cultural pública ya que ella conlleva implícita valores (sociales, culturales, individuales, entre otros) que constituyen la identidad del pueblo y lo hacen único ante los ojos del mundo.