Resumo

La musicalidad y encarnación son, de hecho, valores civilizatorios negros, a través de los cuales toda la existencia es permeada por lo música y su gesto, Llamamos encarnación a la capacidade y condición de sentir-se y usamos esa palavra porque es más configurativa de uma totalidade viviente. La diferencia de cuerpo que és más própria del dualismo y lo quilombo en ese texto así como la encarnación, asume una función de território de inscripciones de memórias y saberes ancestrales que imprimem movimientos y gestos reincorporados por las culturas negras, expresas en la música y en la motricidad estabeleciendo otras relaciones que manifiestan los diversos modos negros del vivir en el mundo y la intencionalidad originada desde la continuidad entre lo orgánico y lo simbólico. Particularmente no trata a la encarnación como un “cuerpo” reducido a un conjunto material e instintivo fuera del alcance de lo sublime sino, más bien, como la sensibilidad que nos constituye. En el caso de las encarnaciones negras, precisamente esa marca está en la piel, que potencializa un racismo histórico, estructural y en que el ámbito institucional organiza y fórmula el conocimiento al interior de las escuelas y otros espacios educativos, influyendo también en las directrices de la formación de educadores, que validan la permanencia simbólica de estereotipos expressos em sus propias prácticas. Ese artículo de naturaleza cualitativa relata una experiéncia desarrollada en un programa social con chicos de 07 a 12 años, donde la motricidade, expresa a partir de los juguetes musicales, fueron elementos de incentivo para un proceso de alfabetización y educación para las relaciones étnico-raciales.

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