Resumo

El artículo remite a la producción y trayectoria de Rancière como un modo de nombrar una filosofía extramuros. Desde esta extraterritorialidad, transitando nociones del psicoanálisis, Frigerio da cuenta de la pertinencia pedagógica y la actualidad de las lecciones de Rancière para los educadores que hoy, en América Latina, tienen a su cargo la responsabilidad de educar. El texto puede recorrerse en clave de transferencia. Destaca los modos en los que el amor de transferencia se vuelven condición de emancipación cuando ofrecen la regla de la confianza como encuadre de una pedagogía. Insiste en destacar que es posible interrumpir las profecías de fracaso que acompañan la relación con la cultura, de modo que el origen social deje de ser una marca que actúa como condena. Un amor de transferencia puede ofrecer una salida de la condena sin que implique renegar de la pertenencia; puede permitir que cada sujeto recupere la oportunidad de no quedar atrapado en el origen, cuando la asimetría fundante de las relaciones no deviene la sede de una desigualdad. La igualdad se transforma, entonces, en una condición de la emancipación posible.