Resumo

Introducción: según la organización mundial de la salud (OMS), el 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud. Colombia no es ajena a dicha realidad, se estima que el país ocupa el sexto lugar en América Latina en reportar muertes a causa de la inactividad física. La situación se torna muy preocupante, pues según el observatorio de culturas del 2010, en la ciudad capital (Bogotá) más del 60% de la población mayor de 13 años tiende al sedentarismo. La inactividad física contribuye a la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles, a la disminución del equilibrio y la fuerza muscular entre otros.
Objetivo: Analizar las características de la fuerza y de la marcha que inciden en la detección temprana de trastornos de autonomía funcional entre sujetos jóvenes, físicamente activos y sedentarios. Método: Estudio transversal con 100 jóvenes activos y sedentarios pertenecientes a la Universidad Manuela Beltrán (Col). La investigación empleo la fuerza explosiva (protocolo de Bosco: Squat Jump (SJ), countermovement CMJ, y Abalakov (ABK)) y la prueba de estabilometria (Test de Romberg: centro de presión COP), sobre una plataforma dinamométrica (BTS – P 6000 60x40 cm2 de área con una frecuencia de muestreo de 1 kHZ) los datos se obtuvieron en tres repeticiones por cada sujeto siendo analizados empleado estadística paramétrica y no paramétrica.
Resultados: El estudio se realizó con 100 jóvenes divididos en dos grupos, grupo 1 jóvenes físicamente activos y el grupo 2 jóvenes sedentarios. Con un rango de edad entre los 17 y 23 años, con una media de 19,35años DE±1,3. Los resultados indicaron inicialmente que las variables morfológicas en el grupo de activos presentan un peso corporal (Kg) promedio 59,33DE±9,1; talla (cms) 1,64DE±0,09; IMC (Kg/m2) 22,026 DE±2,99 para las mujeres y para los hombres un IMC 21,919DE±2,43, en los sedentarios encontramos un peso corporal (Kg) promedio 89,30DE±6,1; talla (cms) 1,60 DE±0,06; IMC (Kg/m2) 26,02 DE±2,05 para las mujeres y para los hombres un IMC 27,821 DE±2,09. Se encontraron significancias estadísticas, la altura del salto fue mayor en jóvenes (jóvenes activos: 16,00 ± 2,73; sedentarios: 7,99 ± 2,23%). El área recorrida por el centro de presiones en el test de equilibrio estático fue menor en jóvenes activos (jóvenes activos: 4,02 ± 1,09; sedentarios: 7,08 ± 1,79 cm2; p < 0,01). Por otro lado, el COP fue mayor en jóvenes activos (activos: 168,50 ± 32,26; sedentarios: 32,70 ± 37,54 cm2; p < 0,01). La inactividad física favorece el aumento de la masa grasa, factor que condiciona la capacidad contráctil del musculo, disminuyendo la generación de fuerza e incrementando el desplazamiento anteroposterior y centro longitudinal del cuerpo en momentos de equilibrio estático. Si se lograra aumentar el rango funcional en el que ejercen fuerza sus extremidades inferiores podríamos mejorar su equilibrio postural.
Conclusiones: los jóvenes sedentarios presentan mayores alteraciones en los momentos de equilibrio estático a diferencia de los jóvenes activos, aspecto que se explica desde la reducción de la masa grasa factor que repercute en la capacidad y velocidad de la contracción muscular y por consiguiente se aumenta los riesgos de caída. Conceptualmente estos datos podrían indicar que los procesos de perdida de funcionalidad inician desde la juventud, pues el proceso evolutivo trae consigo algunos cambios propios de los envejecimientos, los cuales se ven acelerados por malos hábitos de vida y falta de actividad física. El desarrollo o pérdida en ciertas capacidades físicas a partir de la práctica sistemática de actividad física o la falta de ella pueden en perspectiva darnos parámetros de estimación de cómo los jóvenes se están programando para la llegada del envejecimiento.

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