Resumo

En este trabajo se pone a consideración una serie de reflexiones en torno a la relación entre deporte y política, especialmente respecto a lo que habitualmente se denomina como deporte de alto rendimiento. Dentro de su relación con la política, nos interesa destacar el deporte como ámbito de indistinción entre posiciones de derecha e izquierda, indistinción aguzada cuando se trata de capitalismo tardío. En la medida en que la principal forma de organización de una población dentro de un territorio es la forma Estado, nuestra reflexión aborda la cuestión del apoyo estatal al deporte. En toda esta problemática, a su vez, hay un aspecto específico cuyo análisis es políticamente minimizado: se trata del cuerpo, y de la posible distinción entre cuerpo y organismo, distinción fundamental que se articula tempranamente en la configuración moderna de la política. El deporte se vale hoy, de una forma inédita, de la ideología. Si durante el ascenso del nazismo, el fascismo y la guerra fría fue un elemento ideológico clave, en las últimas décadas se ha caracterizado por la negación ideológica de la ideología, es decir, por la hegemonía cultural del pragmatismo, cuyo parámetro fundamental es, en última instancia, el rendimiento (económico). No por acaso el neoliberalismo se ha valido de la lógica de la competencia, donde el deporte se presenta como una civilización del enfrentamiento. Salve deporte, eres la continuación de la economía por otros medios.

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