Resumo

El fútbol es un deporte de innegable popularidad global. A pesar de ello, en algunos círculos sociales este deporte ha sido concebido como una actividad baladí. Es conocido el menosprecio del escritor argentino Jorge Luis Borges por el fútbol, quien lo consideraba “una forma del tedio”. Esta actitud está implícita en un cuento y una breve reflexión periodística de reciente publicación. Frente a infortunados cortes de luz y la declaración de emergencia energética, una periodista argentina protesta que se sigan organizando partidos de fútbol nocturnos, “que se realizan bajo verdaderas eyaculaciones lumínicas”. Sarcásticamente dice que se regocija de saber que el gobierno y las empresas del ramo intenten “que uno se sienta bien”. Por otro lado, una escritora, también argentina, narra la historia de una abnegada maestra quien, olvidada, pasa penurias económicas en la última etapa de su vida. Esperando en la cola para cobrar su magra jubilación, un camión con muchachos excitados por un triunfo futbolístico le salpica las medias con barro. Mientras se limpia, alguien que la observa justifica la peripecia diciendo: “Es el entusiasmo, sabe, esos muchachos son admiradores del equipo que se sacrificó por el país, por la Patria, sabe”. La mujer sólo responde con un suspiroso: “¡Ah…!”. El contraste entre la importancia social de las maestras y los futbolistas, así como de sus respectivos quehaceres, es innegable. En esta ponencia exploraré la posición que presenta al fútbol como una actividad baladí y argumentaré que la misma carece de fundamento. Asimismo defenderé el valor de este deporte. Para ello, utilizando el trabajo del filósofo escocés Alasdair MacIntyre, articularé al deporte como una práctica social de dimensiones tanto morales como estéticas. También utilizaré el concepto de compromiso de todo corazón (wholehearted engagement) que el filósofo estadounidense William J. Morgan aplica al deporte. Según Morgan el compromiso de todo corazón, apasionado, consciente, atento y comunitario, orienta y enriquece la existencia humana. Entendido como una práctica social que invita al compromiso de todo corazón, el fútbol, lejos de considerarse una actividad baladí pasa a ser una actividad con potencial para inspirar una buena vida, plena de sentido, individual y colectivamente. Esto no sugiere que ante cortes de luz y emergencias energéticas el fútbol nocturno deba continuar irreflexivamente ni explica el inadecuado salario de las maestras, pero probablemente ayude a comprender el valor del futbol así como su innegable popularidad global.

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