Resumo

Las prácticas de los aficionados al futbol profesional en México han sido marcadas durante los últimos veinte años por dos cambios, aunque no revolucionarios, si profundos: primero, el surgimiento de grupos de animación denominados “barras” y, subsecuentemente, la “territorialización” de las barras y la “barrificación” de colonias populares. Las barras son grupos compuestos por jóvenes quienes oponen sus objetivos y prácticas a los de los otros aficionados, de las directivas de los clubes y del gobierno y las otras estancias de poder. Su territorialización se refiere a la división de estos grupos en sub-grupos por barrios de origen, y la barrificación de los barrios se refiere a la nueva asociación de las bandas juveniles en los barrios con las barras de los
diferentes equipos de futbol. En este artículo, se analizarán estas formaciones sociales emergentes y sus relaciones con las prácticas y los discursos de la violencia y la criminalización.
 

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