Resumo

Siguiendo la sugerencia de Nick Bostrom y Julian Savulescu de concebir el debate ético en torno a la mejora humana como una ética de la ciencia ficción, este trabajo se propone llevar a cabo una ética de la ciencia ficción del deporte. Para ello, parte de la ciencia ficción con el fin de identificar y anticipar las repercusiones éticas del uso de las técnicas de dopaje del futuro. Estas nuevas técnicas de dopaje, que en otro lugar he denominado como “dopaje del siglo XXI”, se basan en el uso de biotecnologías (como los implantes tecnológicos y la modificación genética) para mejorar radicalmente la naturaleza de los deportistas. Al igual que en el caso de Bostrom y Savulescu, lo ficcional es sólo el punto de partida de la ética de la ciencia ficción. La meta es separar la ciencia de la ficción y quedarnos con la primera. Con ello, nos centramos tanto en aquello que la ciencia es capaz de hacer a día de hoy (y a corto plazo), como en la identificación de los principios normativos clave para evaluar el impacto de la aplicación de la tecnología. Esta reflexión resulta clave para mantener el elemento propiamente humano que nos define como seres humanos y que da sentido a prácticas sociales como el deporte. En nuestro caso, dos serán los principios normativos clave: el reconocimiento mutuo, entendido a través de la obra de Axel Honneth, y las capacidades humanas que hacen posible que el deporte tenga sentido para nosotros en tanto que, siguiendo a Bernard Suits, un intento voluntario de superar obstáculos innecesarios.

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